lunes, 29 de agosto de 2016

Crossdown Cap.1

Era una mañana como otra cualquiera en el viaje. Como siempre, la tranquila y castaña chica saludaba al conductor:

-Yagh... Buenos días Aaron... ¿Desde cuando hace que estamos en marcha? No me he dado... Yagh... Cuenta.

-No me esxtraña mujer, si no paras de roncar... cualquier ruido cercano no se compara a tus ronquidos. Es normal que el traqueteo del carro no te despierte... Ains... Yo casi no he dormido...

-Meh, no te quejes. No siempre tienes la posibilidad de viajar con una chica tan guapa como yo. Es más si viajas con otra te corto el nabo.

El cochero no dijo nada, simplemente pensó que preferiría viajar solo durante los proximos años de su vida.

-¡¡EH!! ¡Mira ahí Aaron!- Gritó la chica de nombre Florete, la cual parecía que quería destruir los tímpanos a Aaron. -¿¡QUÉ?!- Gritó asustado Aaron mientras paraba bruscamente el carro, haciendo que Florete se cayera dándose contra la madera del vagón.

-¡¡AYY!! Ten más cuidado joder, casi me matas Aaron-

-¡¿Yo?! Pero si la que has gritado ha sido tú, que me estás contando. ¡Es más, para que coño gritas! No estoy sordo, o al menos no lo estaba hace un rato.-

-Verdad, mira allí- Florete señaló con su dedo hacia una gran estatua que había en el camino -¿Qué es eso? Nunca las había visto- La estatua era de mármol blanco, medía unos dos metros de altura y eso que lo único que se conservaba eran sus piernas.

-¿Cómo de grande debían ser esas cosas? Porque esto no es una obra humana, ¿no?-

-Por Purgorio Sextiano, claro que no es obra de ningún humano. Están por toda la región, se dice que fueron construidos por gigantes. Aunque yo no lo creo, esos bichos no sabrían apreciar el arte. Una pena que se haya roto casi al completo. Total, sigamos en marcha, ya queda poco... Por fin... Y deja de gritarme en la puta oreja, eres una dama ¡No un cabrero!-

-Lo intentaré...- Decía Florete sin prestar mucha atención a lo que le decía Aaron, pues estaba anonadada mirando los fantásticos restos de aquella estatua.

Dentro de sí se emocionó, pues al fin estaba llegando al lugar donde sería su nuevo hogar. El pueblo de Crossdown, lugar cerca de la frontera con Royaume Vert. Un pacífico pueblo cerca de un valle, el mejor lugar para comenzar su nueva vida con su marido Aaron Estíbaliz, un gran lugar en el que falta lo más importante. ¡Un bar!

"Crossdown" escrito por el célebre autor Alexander Van Hohenheim


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