lunes, 15 de agosto de 2016

Tambores, tambores en lo profundo...

¡Los trasgos entraban por todos lados! ¡¿Quién dejaría fuera de los cofres a la vista de todos los minerales preciosos?! Todo el mundo sabe que los trasgos son como insectos que buscan comida, solo que ellos riquezas, que nadia sabe para qué las usan... ni me importaba. En ese momento quería salir con vida de allí.

Nos pillaron a un pequeño grupo de mineros y a mi, junto a los curanderos. Al principio pudimos resistir la embestida y vimos que los trasgos salían de siete en siete en intervalos de uno o dos minutos de pequeñas aberturas. Conté unas nueve aberturas.
Fuimos en la formación de linea de avance hasta llegar al primer hueco, costó un poco apartar los trasgos que salían de allí. Pero logramos taparlos... Pero para nuestra desgracia eso no era suficiente pues si nosotros acabábamos con ocho, de los agujeros salían más del doble. Fue una locura, pronto conseguimos cerrar la otra abertura, pero ya no más ¡Pues estábamos rodeados!

No sé cuanto duramos aguantando la carga de los trasgos, solo sé que durante todo ese tiempo solo se escuchaba el chocar de las armas, la sangre de los trasgos cayendo en el suelo y uno de mis compañeros enanos gritando: ¡¡Necesitamos un curandero!! ¡¡¡Biffur ha caido!!!

Fragmento del diario de Furmin Cabeza Martillo, hijo de Rolo Escudo de Piedra de la familia Brüm.

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