Festningen norteños

Los norteños son conocidos tanto por su belicosidad como por su sentido de la patria y hacia la familia. Es por eso que no es de extrañar que en el territorio en disputas de numerosos reyezuelos exista una protección a prueba de meteoros de fuego; los Festningen. Son castillos de roca de uso exclusivo por el rey y su familia mientras haya paz, mientras que al ser asediados es de uso público.

Las aldeas son dispuestas cerca de la costa, pero siempre en una montaña muy abrupta donde se encontraría también el Festningen. Todo con un arduo trabajo de nivelado y tallado de rocas para mejorar la disposición de la planta urbana.

La ciudad sería rodeada de una gruesa muralla con torreones. Dentro se dispondría las viviendas y demás edificios públicos, tales como: templos, pozos, mercado, tabernas, etc. El ámbito urbano terminaría en la entrada del Festningen, una fortaleza como ya se ha dicho, de roca esculpida a soga y tizón de forma redonda con cuatro grandes torreones. En ellos unas balistas de largo alcance para contrarrestar el ataque marítimo.

Dentro del Festningen se dispone todo el repertorio militar de la ciudad; además de la administración. Posee los almacenes de abastecimiento y en el centro, el domicilio real; al que solo está permitido entrar personajes de la realeza. Ni si quiera guardas ni secretarios.

Las sentencias judiciales y el trabajo del rey se realizarían en el salón del aguamiel, situado en los en rededores de la muralla del Festningen. Si llegase el caso de ser asediados, la población podría vivir en las numerosas cuevas excavadas en la roca caliza de la montaña, todo dentro de la fortaleza.

Es por ello que ningún pueblo a no ser que esté lo suficientemente armado o preparado osa atacar a las puertas de los hogares de los mejores luchadores del continente de Brujerb. Aunque no se eviten los asedios continuos entre vecinos por la supervivencia de su pueblo.

Pueblos de Brujerb, Anónimo